Las encuestas proveen de información valiosa. Eso siempre y cuando se tenga claridad frente a los diferentes aspectos que intervienen en el proceso de producción de los datos y el análisis de la información publicada. Si esto no se cumple, se introducen sesgos no controlables y el hecho de que en la mayoría de las encuestas se realice esta penosa práctica no lo hace más cercano al rigor del método estadístico, de manera que lo hace más un espejismo, y por tanto un resultado falaz.